El valor del metal superó su nivel máximo ajustado por inflación, luego de subir más del 5% en septiembre. Los motivos detrás del alza
11/09/2025 – 20:12hs
El precio del oro superó su nivel máximo ajustado por inflación de más de cuatro décadas, mientras las dudas sobre la economía estadounidense alimentan la tendencia alcista que el metal experimenta desde hace tres años y que lo ha llevado a territorios inéditos.
El valor spot del oro acumula un incremento de alrededor del 5% en septiembre, llegando a un récord nominal de u$s3.674,27 por onza. Durante 2025, ya registró más de 30 máximos históricos, y la última etapa del rally lo llevó a superar el pico ajustado por inflación del 21 de enero de 1980, cuando los precios alcanzaron u$s850.
Considerando la evolución de los precios al consumidor, ese récord equivaldría a unos u$s3.590, aunque los distintos métodos de ajuste por inflación presentan ligeras variaciones. Los expertos coinciden en que, más allá de la metodología, el oro ha superado ese nivel con fuerza, reforzando su reputación como protección frente a la inflación y la depreciación de las monedas.
Por qué el oro alcanzó su récord histórico
«El oro es un activo muy singular por su capacidad histórica, a lo largo de cientos -si no miles- de años, de cumplir ese papel», señaló Robert Mullin, administrador de carteras en Marathon Resource Advisors. «Los gestores de activos están entrando en un período en el que tienen motivos para preocuparse por los niveles de gasto deficitario, así como por las prioridades de los bancos centrales y su disposición real a luchar contra la inflación».
El precio del oro alcanzó máximos históricos, ajustado por inflación de EE.UU.
Este año, el metal amarillo acumula casi un 40% de apreciación, en un contexto en el que Donald Trump impulsa recortes impositivos, expande su guerra comercial global y busca ejercer influencia sobre la Reserva Federal. La depreciación del dólar y la caída de los bonos del Tesoro a largo plazo reflejan la menor confianza en los activos estadounidenses, aumentando las dudas sobre si la deuda del país sigue siendo un refugio seguro.
Cuando el oro alcanzó los u$s850 en enero de 1980, Estados Unidos atravesaba una fuerte inflación, una recesión inminente y una moneda debilitada. El precio se había duplicado en los dos meses previos, tras el congelamiento de activos iraníes por parte de Jimmy Carter durante la crisis de los rehenes en Teherán, lo que elevó la percepción de riesgo sobre los dólares de algunos bancos centrales.
«El oro solo refleja la renovada conciencia de que la inflación puede ser y sigue siendo un problema, pero también la incertidumbre sobre el mundo», afirmó Carmen Reinhart, ex economista jefe del Banco Mundial. «El papel del oro como cobertura inflacionaria fue un sello de su popularidad en los 70 y 80, pero hay que mirar antes de los 80: el oro siempre ha jugado un rol importante en momentos de incertidumbre», resaltó.
Gracias al aumento de precios, el valor del oro almacenado en las bóvedas de Londres superó u$s1 billón el mes pasado, y además se posicionó por encima del euro como el segundo activo más importante dentro de las reservas de los bancos centrales globales.
Comparado con el ascenso parabólico hacia el máximo de 1980 y la posterior caída abrupta, el rally actual es más estable, en parte por la mayor liquidez del mercado y la diversidad de inversionistas que participan y compensan debilidades en los sectores tradicionales de demanda.
Grant Sporre, jefe global de metales y minería en Bloomberg Intelligence, revisó sus modelos para reflejar los factores detrás del repunte del oro. Según sus proyecciones, el metal podría estar sobrevaluado frente a estándares históricos, salvo al compararlo con las acciones estadounidenses, donde aún se percibe como barato. «El oro es dolorosamente caro, pero el mercado está dispuesto a pagar el precio para asegurarse esa cobertura», aseguró Sporre.