Nervios, rumores de renuncia y pases de factura

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En las últimas 48 horas, entre las 16 y las 18 y de manera casi ensayada, con mensajes anónimos de Whatsapp, fuentes del mercado y hasta funcionarios de la Casa Rosada echaron a rodar el rumor de la renuncia del ministro de Economía, Luis Caputo. Como en marzo de este año, cuando también acechó la disparada del dólar, se filtró el nombre de Pablo Quirno, el secretario de Finanzas, para ir en el lugar de «Toto«. Como la comunicación oficial de las áreas económicas está tabicada por decisión oficial, los misiles que le mandaron a Caputo sus detractores, pegaron y dejaron un eco sin desmentidas desde el Palacio de Hacienda. Sólo el ministro negó los rumores en un mini grupo de Whatsapp que, según cuentan, tiene con sus periodistas fieles. No más de tres. 

El problema, naturalmente, es más profundo, porque las disputadas se dan en medio del escándalo de las coimas del Gobierno en ANDIS, un dólar que presiona hacia arriba, un corralón ampliado para que los bancos no se vayan con sus pesos al MULC y niveles de actividad bajo cero. En este contexto, las operaciones sobre Hacienda ameritan mirar y preguntar más. Fuentes muy cercanas a la cúpula del ministerio contaron a Página I12 que el nombre de Quirno no aparece de casualidad. 

El funcionario es quien recibe a las empresas y a los bancos para decirles que se queden tranquilos, que el plan sigue y no va a cambiar, más allá de la turbulencia. De esos mitines se desprende, de hecho, el orígen de las versiones de cambios en el ministerio. En una de las reuniones, un empresario le preguntó a Quirno si Caputo quería o no seguir en el cargo. «Si Toto quiere irse, nosotros nos quedamos», fue la respuesta que recibió el CEO. La contestación adquiere, según quien la mire, dos acepciones: los más afines al Gobierno afirman que, en realidad, esas palabras fueron vertidas como garantía de continuidad del programa. Los más desconfiados, en tanto, lo vieron como una advertencia del futuro corto.  

Riesgo Milei

La postal grafica el estado de situación que hoy se vive en el Quinto Piso de Hacienda, un objetivo de propios y ajenos en el momento más delicado e inestable del plan económico libertario. El Gobierno parece haber roto la brújula de una manera tan manifiesta que la pérdida de rumbo lo llevó, en las últimas horas, a una disputa inédita con el JP Morgan, el banco que crió a los funcionarios actuales y que da el dato más demoledor: con 830 puntos básicos, Argentina ya superó -según el último informe del Chase-, a Ecuador (759 puntos), un país país sumido en la violencia narco y una crisis que ya acumula un mandato y medio del conservador Daniel Noboa.

Además, con los 830 puntos, la Argentina de Milei quedó a menos de 400 puntos básicos del tope del ranking de los Riesgos más altos. El que manda allí es Bolivia, que está por elegir presidente luego de años de crisis. 

El segundo dato fuerte es que el Riesgo País de Argentina, en enero de este año, era de 650 puntos y había tocado los 600 antes de que Cristina Kirchner quedara presa. «Nos están matando… qué pasa?» le preguntó un ladero de Caputo a un jerarca del Morgan. De un modo elegante, le explicaron que la situación del plan económico está lejos de ser sólida. Y que la calificación crediticia refleja ese punto. 

Las «bandas» y los bancos

«Nos están provocando», le dijo un banquero a uno de los dos laderos de Caputo, cuando se enteró de que el Banco Central (BCRA) subía por tercera vez los encajes, el dinero que los bancos deben tener inmovilizado. Para evitar que usen pesos y vayan al dólar, y antes de otra licitación clave este miércoles, el BCRA dispuso un encaje del 53,3 por ciento, es decir, de 100 pesos en los bancos, algo más de 53 no se pueden tocar. 

Lo que teme la banca es que ese corralón se amplíe a otros puntos que hasta ahora no se tocaron. En el Gobierno lo niegan. Pero la intervención al dólar sigue: el rumor es que ayer, además de tasas récord y futuros, se operó vía el FGS de Anses para evitar una trepada mayor. La divisa tocó los 1370 pesos, a 30 pesos del techo de la banda de flotación del acuerdo con el Fondo Monetario (FMI). Tal como adelantó este diario, ese esquema de flotación terminará en breve. «Ya se charló, post elecciones lo eliminamos», confió a este diario una fuente de Hacienda. Es que, de hecho, las bandas ya no existen: el gobierno lo mantiene por debajo de los 1400 porque está intervenido, sino ya estaría  muy por encima de esa marca. Es ése límite, además, el que también fuerza la cotización hacia arriba. 

A la luz de los hechos, el Gobierno ejerce mala política económica, pero si no lo hiciera, ya el poder económico se lo estaría devorando con inflación por devaluación. En estas horas, ARCOR, la empresa de los Pagani, les envió a los supermercados listas con aumentos de entre 7,5 por ciento y 8 para productos de almacen, y un 5 por ciento para la línea de aceites. El resto se puso en la fila para hacer lo mismo. 

Los números electorales reales

Todo esto ocurre, además, ante la incertidumbre electoral. El mercado vocea, en su mayoría, que el comicio bonaerense puede estar parejo o con LLA avanza arriba. En privado, confiesan que es una exageración de riesgo. En las encuestas reales que miran los bancos y hasta el propio Gobierno, la diferencia a favor de la oposición es de 4 puntos por sobre Milei. Los más sinceros advierten que podría ser bastante mayor. Las diferencias están puestas en que la mayoría entiende que habrá mucho decepcionado con Milei que, directamente, no irá a votar, y esos votas que no están le pegan al que quede primero. 

Lo más interesante de la escena es que hay consenso sobre una cosa, más allá de la timba sobre los resultados: cualquiera sea la diferencia, no habrá grandes cambios en la política económica, porque el asunto en disputa no es la llegada de una oposición ultra estatista, sino la continuidad de un régimen económico que ha sido su propio principal enemigo. Milei es el responsable de fondo del caso de supuestas coimas, y también es el responsable del fracaso del plan económico. Un dato de color: el lunes por la noche, en el restaurante central de La Rural, se realizó la cena de los 50 años de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal). En un mar de quejas por los malos negocios, arriesgaron que el 2026 «será un año con caída del consumo». Otro más. 

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