Medicina mapuche y biomedicina: la experiencia única de Ragiñ Kien en la Patagonia

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Diálogo, donde la medicina mapuche y la biomedicina occidental conviven sin fusionarse, respetando sus propias lógicas y saberes.

Su arquitectura refleja la cosmovisión mapuche: orientada hacia el sol naciente y acompañada por una ruca de piedra y madera para ceremonias comunitarias. El entorno natural no es solo un paisaje: es parte activa de la medicina.

Historias que muestran otra forma de sanar

Jorge, paciente oncológico de San Martín de los Andes, combina su tratamiento médico tradicional con preparados vegetales, o lahuen, que lo ayudan a transitar la quimioterapia con más calma. Otro caso, el de Florencio, evitó una amputación grave gracias a la atención combinada del centro.

El doctor Fabián Gancedo, médico con décadas de experiencia rural, resume la esencia del lugar: “Aquí el paciente entra a tu casa. No se trata solo de curar, sino de encontrarse”.

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El machi Víctor Cañiullan, con 37 años de experiencia, atiende a pacientes de toda la provincia y del exterior. Su medicina incluye plantas recolectadas en cerros y arroyos, sueños, baños y conversación. Se preparan más de 1.300 litros de lahuen por semana para más de 100 pacientes, ajustando las fórmulas según estación, hora del día y necesidad específica.

Para el machi, “la enfermedad es un desequilibrio” que debe atender los planos físico, psicológico, espiritual y social. La alimentación es clave: en la zona, la obesidad y la mala calidad nutricional conviven con carencias históricas.

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Más que atención médica

En Ragiñ Kien trabajan médicos, enfermeros y agentes de salud mapuches como Neris Quintunahuel, kellu y asistente del machi. Neris recuerda que “la palabra cura” y que escuchar es también una forma de medicina. Cada jornada comienza con una rogativa, reforzando la conexión entre salud, comunidad y naturaleza.

El centro no solo receta medicamentos: ayuda a tramitar módulos alimentarios, acompaña en problemas habitacionales y se involucra en la vida cotidiana de los pacientes.

Un modelo construido en comunidad

Inaugurado en 2021 tras 13 años de trabajo conjunto entre comunidades, el hospital de Aluminé y el Ministerio de Salud, el centro funciona bajo un sistema de conducción horizontal llamado Nor Feleal. Sin embargo, no cuenta con un marco legal ni presupuesto nacional específico, lo que vuelve su financiamiento frágil.

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Aun así, el 50% de sus pacientes no son mapuches, y muchos viajan desde otros países en busca de una atención que integre cuerpo, mente y espíritu.

Sanar como acto de memoria

Ragiñ Kien es fruto de la lucha por recuperar saberes que fueron negados durante siglos. Cada fogón encendido en la ruca y cada palabra en mapudungun son un acto de resistencia y dignidad.

En palabras de Gancedo: “Este lugar es una raja de luz en un sistema que muchas veces oscurece. Aquí sanar significa volver al equilibrio con uno mismo, con el otro y con el lugar”.

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