Daniel Kaplan: un arte que vuelve a la naturaleza

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Su nueva exposición, «Constelaciones y Naufragios», en Galería Zurbarán, revela una paleta contemplativa que vuelve la espalda a los requerimientos de la actualidad política o tecnológica.

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«Piscis» (2024) de Daniel Kaplan, que forma parte de su nueva muestra.

Boris Groys, filósofo, crítico de arte y teórico de los medios nacido en Berlín en 1947, en su libro “Volverse público” (2014) señaló que “hoy se le pide al artista que aborde temas de interés público. En la actualidad, controversias políticas, aspiraciones sociales, cuestiones de género, cambio climático, entre ellos, la politización del arte contra una actitud puramente estética que le pide al arte que sea simplemente bello».

No son las controversias políticas lo que mueve el arte de Daniel Kaplan (Buenos Aires, 1965), quien ha elegido para vivir el idílico bosque de Peralta Ramos en Mar del Plata, rodeado de la naturaleza. Kaplan a través de sus obras paisajistas habla de pintura en la que hay nenúfares, peces, agua, color, luz, luz otoñal y las de las cuatro estaciones. Nada es estático después de observar estos fragmentos de naturaleza donde también hay rocas bajo o alrededor del agua.

No sabemos si pinta «au plein air» pero sí intuimos que capta verdes intensos, ocres, grises “uno no es pintor si no ha pintado un gris”, dijo Delacroix, pero sí es capaz de meternos en la naturaleza como lo hicieron Van Gogh, Klee , Cézanne, Monet, artistas que admira y que aún hoy suponemos lo incitan a pintar .

¿Qué hace que un pintor como Daniel Kaplan en pleno siglo XXI, en el que la tecnología ha cambiado cómo trabajamos, cómo nos vinculamos, cómo la IA esté en boca de todos aún sin haberla experimentado, cómo va cambiando el sistema del arte, se deleite pintando esas imágenes sobre las que se vuelve como una suerte de consuelo ante la intrascendencia e ignorancia que nos rodea cotidianamente?

Quizás la respuesta está en un libro de Ricardo Ibarlucea “¿Para qué necesitamos las obras maestras?” : “las obras maestras se difunden en nuestra cotidianeidad porque urden la trama de nuestra vida mucho más de lo que tendemos a creer y porque, last but not least, abre un campo afectivo, el corazón se libera, canta sus emociones».

“Constelaciones y Naufragios”, título de su muestra, se exhibe hasta el 8 de julio en Galería Zurbarán (Cerrito 1522, de 12 a 20)..

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