En un contexto global marcado por el aumento de la desigualdad, la fragilidad financiera y el peso creciente de la deuda externa en los países en desarrollo, un informe pedido por el Papa Francisco fue presentado el viernes en el Vaticano propone una serie de reformas estructurales para enfrentar la crisis de deuda que afecta a naciones como la Argentina.
El documento, titulado “El Informe Jubilar: Una hoja de ruta para abordar las crisis de deuda y desarrollo y sentar las bases financieras de una economía mundial sostenible y centrada en las personas”, fue encargado por el Papa Francisco como parte de las actividades del Año Jubilar 2025 y representa una de las últimas grandes iniciativas de su pontificado.
El trabajo fue liderado por el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz y el ex ministro de Economía argentino Martín Guzmán, y contó con la participación de más de 30 economistas de renombre internacional. El informe no solo diagnostica con crudeza la situación actual, sino que también propone una transformación profunda del sistema financiero global, con el objetivo de evitar una nueva “década perdida” para los países más vulnerables.
Uno de los datos más alarmantes que expone el informe es que 54 países en desarrollo destinan más del 10% de sus ingresos fiscales al pago de intereses de deuda, según cifras de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Esta carga financiera ha desplazado recursos esenciales que deberían destinarse a salud, educación, infraestructura y resiliencia climática, afectando directamente a más de 3.000 millones de personas. En el caso de Argentina, el informe tiene una resonancia particular.
A pesar de haber reestructurado parte de su deuda en 2020 y de haber acordado dos programas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) —el más reciente en abril de este año—, el país aún no ha recuperado el acceso pleno a los mercados internacionales y mantiene un riesgo país elevado, incluso bajo un estricto programa de austeridad implementado por el gobierno de Javier Milei.
Principales propuestas
Reestructuración eficiente de deuda soberana, mediante reformas legales en jurisdicciones clave como Nueva York y Reino Unido, que rijan los contratos de deuda. Se propone introducir cláusulas que faciliten acuerdos colectivos y limiten la acción de fondos especulativos.
Fin de los rescates a acreedores privados por parte de instituciones multilaterales como el FMI, que —según el informe— han perpetuado una lógica de endeudamiento y rescate que no resuelve los problemas estructurales. Uso estratégico de controles de capital, para prevenir flujos financieros desestabilizadores, fomentar inversiones de largo plazo y preservar la soberanía económica de los países.
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