Francisco Quirós (24) sufre insomnio desde que vio lo que quedó de su papá. Lo atormenta la imagen de los restos de Diego Quirós (57) dentro del Mercedes Benz GLA 250, tras chocar contra el acoplado de un camión en el kilómetro 45 de la ruta provincial 88, cerca del acceso a Miramar.
Si bien es médico (se recibió en la Universidad FASTA a fines de 2024) y ya se acostumbró a las situaciones dramáticas, el panorama con el que se encontró dentro del auto, la noche del domingo 8 de junio pasado, era escalofriante.
«Estoy teniendo unas pesadillas terribles con eso. Toqué los pedacitos de mi papá y el asesino está en su casa«, advierte Francisco en diálogo con Clarín y considera «un papelón» que la Justicia le haya concedido la libertad al camionero.
Raúl Alejandro Lozano García (48) manejaba sin licencia de conducir (estaba vencida desde 2022) ni Verificación Técnica Vehicular (VTV) un camión desbordante de soja.
El Mercedes Benz 1114 transportaba más de 40 toneladas de soja. Es decir, estaba sobrepasado de kilos. La reglamentación permite un peso bruto mínimo de 45 toneladas, incluyendo el chasis y el acoplado, que ya de por sí suelen pesar entre 13 y 18 toneladas sin la carga.
Eran las 20 cuando el camión salió de una balanza en la zona de La Ballenera. Ingresó a la ruta a baja velocidad y Quirós no pudo frenar a tiempo. Se encontró con medio acoplado sobre el asfalto y se incrustó debajo.
El hombre, un reconocido médico marplatense y ligado al rugby, murió en el acto. Su pareja, Yanina Liani (39), sufrió graves heridas pero se recupera en la Clínica Colón. El hijo de la mujer, Iñaki Mendizábal, que tenía 8 años (iba a cumplir los 9 el 24 de noviembre), también falleció en el lugar.
«Revisé las pertenencias, el auto y me llené las manos de sangre. A mi papá lo decapitó a la mitad», cuenta Francisco sin poder asumir lo que atravesó: «No puedo comer, no puedo dormir. Es terrible lo que estoy viviendo«.
El joven fue hasta el lugar del choque porque en la morgue no había nadie. La Policía, en vez de contenerlo, lo mandó allí, donde atravesó un momento que ahora no puede olvidar.
En principio se creía que la lanza del acoplado se había roto y que por eso había quedado cruzado en el asfalto. Pero, en realidad, se cortó con el impacto.
Si bien a Francisco le comentaron que el acoplado «no tenía luces» en la parte trasera, esto no fue comprobado todavía en el expediente.
El fiscal Rodolfo Moure está a cargo de la investigación por «homicidio culposo agravado por la conducción imprudente de un vehículo con motor, calificado por la multiplicidad de víctimas (artículo 84 bis del Código Penal) y lesiones culposas«.
Mientras espera por el resultado de las pericias accidentológicas, Moure apeló la excarcelación del camionero que le otorgó el juez de Garantías N° 1, Daniel De Marco, al considerar que existe «riesgo de fuga» por una condena previa por violencia de género.
Lozano García, que vive en Quequén, atacó a su pareja el 19 de abril de 2019 a bordo de un Ford Fiesta en las calles 32 y 57, en Necochea. La zamarreó, le pegó una trompada en la cara y un golpe en la nuca.
El juez en lo Correccional N° 1, Ernesto Juliano, en 2022, le aplicó una pena de seis meses de ejecución condicional por «lesiones dolosas leves calificadas por el vínculo«.
En su declaración ante el fiscal Moure, el camionero aseguró que nunca vio venir al auto, pero remarcó que una mujer que llegó al lugar, apenas ocurrido el choque, le dijo que el Mercedes Benz «iba muy rápido».
Al momento del hecho, las víctimas volvían de Bahía Blanca, adonde habían ido a visitar a los papás de Yanina.
El choque fue en un sector del acoplado donde suele ubicarse la rueda de auxilio, pero este camión no la tenía.
«Mi papá impactó directamente contra el fierro y fue lo que lo decapitó», señala su hijo Francisco, que es profesor de Farmacología y Toxicología en la Universidad FASTA y es asesorado por su abogado y amigo Juan Manuel Belliure.
Este martes, en la Clínica Colón, de Mar del Plata, Yanina se despertó del coma, aunque sigue sedada. Ya sabe que murieron su pareja y su hijo.
La mujer fue operada dos veces debido a que sufrió múltiples lesiones: laceración hepática, fractura de clavícula, desplazo total de la vértebra lumbar L4, perforación de un pulmón, hematoma subdural y cortes varios en la cara.
Quién era Diego Quirós
Diego Quirós trabajaba en las principales clínicas de la ciudad y, además, estaba ligado al rugby, en el club Biguá, que el fin de semana pasado le hizo un emotivo homenaje.
Era el director de Imágenes MDQ, un centro de diagnóstico por imágenes con siete sedes en la ciudad balnearia.
Uno de sus mejores amigos era su colega radiólogo Alejandro Rolón, que trabaja con el seleccionado argentino de fútbol.
Había criado a otro hijo (de su primera esposa) que tiene 30 años, vive en Italia y, apenas se enteró de la tragedia, viajó para despedirlo.
«Mi viejo era una persona que predicaba la amistad y la generosidad», rescata Francisco.
La ruta 88, en estado deplorable
La ruta provincial 88, de una sola vía (mano y contramano), consta de 127 kilómetros que unen Mar del Plata con Necochea. En lo que va de 2025, ya se cobró 13 vidas. Son 19 las muertes en poco más de un año.
El sector más crítico es La Ballenera, justo donde fue el choque en el que murieron Quirós y el hijo de su mujer.
Cerca de allí, en el kilómetro 52, Francisco perdió a un amigo, Juan Martín Roubicek (22), hijo de médicos, quien manejaba un Ford Fiesta y fue impactado por una Volkswagen Amarok en su lateral derecho, el 15 de abril de 2023.
El joven cuenta que en estos días se le acercó gente que ni conocía para darle «palabras de aliento». Que recibió mensajes de centros de radiología de Japón, de Estados Unidos y de médicos de todas partes. Que compartía con su papá la pasión por Boca y Los Redondos. Y cierra con un deseo que ya no podrá cumplir: «Me gustaría una última charla con mi viejo. Era mi héroe».
EMJ