Por más que en su pasaporte ahora diga que está radicado en Perú y el césped donde hoy corre tenga otro acento, Gregorio Rodríguez no deja de ser aquel pibe que aprendió a soñar en La Agustina.
Por eso, el atacante que actualmente se desempeña en el Melgar, cuando habla de Instituto su voz adquiere otro tono, el de las remembranzas. Así lo hizo en una entrevista que brindó al programa Tercer Tiempo, por Radio Sucesos, donde dejó en claro que el corazón no se muda tan fácil como los botines.
“A Instituto lo miran de todos lados y ya no necesita vender jugadores a nivel nacional, se hacen transferencias al exterior”, dijo, con esa mezcla de asombro y orgullo que tienen los que crecieron al borde del sacrificio y vieron a su club convertirse, paso a paso, en una referencia. Además, ‘Grego’ resaltó: “Eso habla de cómo está la institución”.
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Gregorio habla de Instituto como se habla de su familia. «La ‘Gloria’ es un club muy grande. Acá, en Perú, a todos les muestro los recibimientos y la hinchada”, contó, acaso sin notar que lo decía con una sonrisa que podía sentirse por la radio. Hay algo de rito y de bandera en ese gesto: mostrarle al mundo lo que Córdoba ha sabido hacer con pasión.
“Estoy contento porque se está haciendo una muy buena gestión con Cavagliatto. Con mi venta seguramente también ayudé para que el club siga creciendo. Las ventas se reflejan en obras”, dijo.
No todo es recuerdo en su presente. En Melgar, Rodríguez no ha hecho pausa. “Con Melgar tenemos chances de ser campeones del Apertura en la liga local”, explicó. Y como si los sueños pudieran medirse por la altura de los estadios, también relató: «Jugar la Copa Sudamericana fue una experiencia hermosa”.