En el marco de la XII Feria Internacional del Libro, el grupo de voluntarios Abuelas Leecuentos lleva adelante jornadas de narración destinadas a niños y niñas desde el nivel inicial hasta el secundario, compartiendo cuentos y promoviendo el gusto por la lectura. La actividad se desarrolla todas las mañanas en el Centro de Información Pública (CIP).
La secretaria de Cultura, Liliana Peralta, remarcó que “estos son espacios que debemos promover, ya que un libro leído o contado desarrolla la intelectualidad de las personas”. Refiriéndose a la Feria, agregó que “la misma es necesaria y está en el corazón de todos los comodorenses, ya que se trata de una propuesta fuerte y dinámica, que fue avanzando notablemente en el transcurso de los años”.
Por su parte, la coordinadora de Abuelas Leecuentos señaló que “en esta oportunidad les contamos a los chicos de primer grado un cuento que aborda los miedos y los colores asociados a ellos. Estaban muy atentos, reflexionaban y expresaban lo que sentían”, señaló Norma Pérez, coordinadora del grupo.
En este marco, destacó la receptividad del público infantil, poniendo en valor que “los chicos y chicas que asisten nos escuchan con mucho gusto, están atentos en todo el relato y disfrutan del momento, tanto como nosotras disfrutamos de contarles historias”, ponderó.
El grupo está conformado por entre 15 y 25 voluntarias que dedican parte de su tiempo libre a fomentar la lectura entre los más jóvenes. La propuesta surgió en Comodoro Rivadavia en el año 2013, junto con la primera edición de la Feria del Libro, y desde entonces se ha sostenido en distintas instituciones educativas de la ciudad.
“Estamos muy contentas de poder seguir acompañando la lectura de niños y niñas. Esta propuesta tiene como objetivo llevar el amor por los libros a todos los niveles educativos, promoviendo el hábito lector como una alternativa saludable frente a la sobreexposición a pantallas”, agregó Pérez.
Además de su participación en la Feria, el grupo realiza visitas semanales a distintas escuelas de la ciudad. “Las y los estudiantes ya nos esperan con entusiasmo. No hay tarea, no hay obligaciones; solo el placer de escuchar una historia pensada especialmente para ellos”, concluyó la coordinadora.