Ganó, Argentina. Se trajo tres puntos de Chile, sí, pero también alternativas. Cuando Lionel Scaloni destacó que el resultado en Santiago no era “fundamental” porque entre sus prioridades estaba “buscar que estos jugadores se acoplen”, el deté marcó su objetivo conceptual: que quienes ingresaran al equipo en el marco de una rotación forzada aprovecharan la oportunidad. Leonardo Balerdi lo hizo.
En su segunda titularidad en la Selección, el zaguero de 26 años certificó por qué Scaloni viene teniéndolo en su órbita: el capitán del Olympique de Marsella demostró templanza, criterio defensivo y solidez, además de una facilidad innata para romper con pases para propiciar una situación de gol como ocurrió en la génesis del 1-0 convertido por Julián Álvarez.
Relevo del suspendido Nicolás Otamendi, Balerdi podrá ofrecer como dossier de presentación ese toque vertical incisivo prácticamente desde el área de Dibu Martínez para que Thiago Almada condujera y asistiera posteriormente al Araña. Sin embargo, no asoma pertinente reducir su partido ante Chile a esa búsqueda inteligente -y que hace match con la idiosincrasia de esta Argentina.
Porque Leo jugó con solvencia en un partido emocionalmente difícil, y en el que no se extrañó la ausencia de Ota. Despejó con pragmatismo (tres éxitos en el rubro), ganó todos los duelos aéreos que disputó (tres, fue top en esa métrica), apenas perdió dos pelotas y falló sólo un par de pases, alcanzando un 98% de precisión –el mayor rango de efectividad entre los titulares.
De arriba, Balerdi estuvo infranqueable (REUTER).
Y para Scaloni todo ello es valioso. Porque el subcapitán al que alguna vez el entrenador le deseó que “tuviera siempre 30 años” quizás culmine su ciclo en la Selección cuando finalice su participación en el Mundial 2026. Es decir, dentro de apenas un año y un mes. Y en esa línea, la Selección necesita tener a Balerdi con rodaje suficiente para el torneo FIFA más importante, al que llegará con 27 años y en pleno crecimiento.
Del crecimiento en Marsella al radar italiano
Este Balerdi no es el mismo que con apenas cinco partidos en Primera se fue al Borussia Dortmund en 2019 a cambio de € 15 millones (más cuatro objetivos de € 500 mil). En su recorrido en Europa maduró. Y su salto a la Ligue 1 lo terminó de moldear como futbolista. Con estadísticas que van demostrando que está templado.
Y es que Leo eleva año tras año su eficiencia al pasar (acertó los 93,5% de los toques en la última temporada doméstica), logró robustecer su físico para imponerse en los duelos (tiene un 61% de éxito en los quites), mejoró su lectura para anticipar y hacer coberturas. Y todo eso en plena evolución.
Y eso está teniendo su correlato a nivel mercado: en Italia trascendió en las últimas horas que tanto Roma como Juventus pretenden tenerlo.
La Gazzetta dello Sport presentó a Balerdi como opción en Juventus (Imagen Web).
Que Igor Tudor -quien dirigió a Leo en Marsella- le acercó la alternativa a Giorgio Chiellini, el Director de Relaciones Internacionales del cuadro de Turín. Que además el equipo de la capital también lo pretende, y hasta tiró sobre la mesa su nombre al hablar con su próximo deté, Gian Piero Gasperini.
Dependerá, en cualquier caso, del deseo que tenga el subcampeón de la Ligue 1 de desprenderse del portador del brazalete. Un Balerdi que tiene contrato hasta junio de 2028 -lo renovó en agosto de 2024- y que es valorado por su entrenador, Roberto De Zerbi. Un italiano que no querrá perderlo mientras la Selección festeja que lo está ganando.
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