Donato De Santis, reconocido chef y figura de la gastronomía argentina, compartió una profunda experiencia personal que vivió en su juventud, un relato que revela no solo los desafíos que enfrentó, sino también su filosofía de vida. En una reciente entrevista con La Once Diez/Radio de la Ciudad, De Santis recordó sus primeros días en los Estados Unidos, cuando comenzó a trabajar en una cocina. «Cuando era joven en Estados Unidos, trabajaba en una cocina, en mis comienzos, y viví una situación que me obligó a poner unos límites a lo que estaba sucediendo», relató.
El chef narró una experiencia angustiante, que involucró un episodio de acoso y violencia. «Tuve que utilizar un cuchillo para defenderme. Esta persona me puso en una situación de acoso, y de violencia, que me obligó a plantarme desde ese lugar», confesó, mostrando la dureza con la que debió afrontar una situación de riesgo en ese entonces. Este hecho le dejó una huella profunda, pero también un aprendizaje vital sobre cómo enfrentarse a la adversidad.
Reflexionando sobre su vida, De Santis expresó que, a pesar de las dificultades que todos enfrentan, lo importante es adoptar una actitud positiva. «La vida no es fácil para nadie, pero creo que lo mejor que uno puede hacer es elegir no pensar a la defensiva, enfrentar la vida en función de cómo se presenta», sostuvo. Para él, la clave está en aprender a adaptarse a los retos y valorar lo que uno tiene en cada momento.
En la misma entrevista, el chef habló con mucho cariño sobre su esposa, quien tiene un lugar central en su vida. «Mi mujer es mi amante, mi amada, mi compañera, mi amiga y a veces mi contrincante. Es una mujer con un millón de atributos positivos, con su carácter y sus proyectos», destacó, demostrando la admiración y el amor que siente por ella.
Finalmente, De Santis dejó claro que su energía y pasión por la cocina nunca se detienen. «Siempre estoy en movimiento, para mí es importante mantener renovada la propuesta a mi público. Es inevitable que surjan cosas, ganas de ir probando, entregar emoción y compromiso. Para uno, para mí, para todos», concluyó.
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