El mapa de la caída del salario

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El poder adquisitivo de los salarios formales cayó 9 por ciento desde que asumió la presidencia Javier Milei, calcula el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (CIFRA) de la CTA. Como es sabido, el IPC que elabora el Indec subestima puntualmente el gasto en servicios porque usa una canasta de consumo donde estos tienen un menor peso relativo que en la actualidad.

Siguiendo al IPC oficial, la merma en los salarios reales fue del 5 por ciento entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024. En base al IPC reponderado que utiliza el CIFRA, los trabajadores en el sector privado perdieron 1,6 remuneraciones en los últimos trece meses y los del sector público 2,6 salarios.

El análisis del CIFRA de la CTA utiliza un IPC “reponderado”, cuya canasta se aproxima mejor a los patrones de consumo de la actualidad, con un mayor peso relativo de los servicios: como los de comunicación, pero también los servicios públicos (que crecieron mucho en el último año) y los boletos de transporte.

Así advierten que en diciembre de 2024, los salarios reales del sector registrado se ubicaron en promedio 9 por ciento por debajo del nivel de noviembre de 2023. Esto supone una caída más pronunciada que si se siguiera la medición oficial del IPC (4 puntos porcentuales mayor).

A su vez, las diferencias entre los salarios de los sectores público y privado son más notables si se corrige la medición de los precios: los últimos perdieron 3 por ciento de su poder adquisitivo entre noviembre de 2023 y diciembre de 2024, mientras que en el caso del sector público la caída alcanzó un 18,4 por ciento.

De acuerdo a la última información oficial disponible, en diciembre de 2024 el poder adquisitivo promedio de los salarios registrados resultó casi 5 inferior al de noviembre de 2023, mientras que para los trabajadores del sector público la pérdida fue más fuerte: el salario resultó alrededor de 15 más bajo que en el mes previo al del nuevo Gobierno.

Restricciones

Para Mariana L. González, Nicolás Bonofiglio y Leandro Bona, los investigadores del CIFRA-CTA, este deterioro en el poder de compra de los salarios debió ser sobrellevado con “desahorro, endeudamiento o restricción de consumo en las familias”. Para tener una medida más específica, considerando el valor real de los salarios en base al IPC reponderado, en los trece meses analizados la pérdida equivalió a 1,6 salarios en el sector privado formal y a 2,6 remuneraciones menos en el caso de los empleados públicos.

Los investigadores aclaran que estas pérdidas ocurrieron en un contexto donde también cayeron otros ingresos que ayudan al desempeño habitual del gasto de los hogares, como el caso de las jubilaciones y pensiones, sobre las que recayó buena parte del ajuste del gasto público. Estas cayeron entre diciembre de 2024 y noviembre de 2023 un 7,2 por ciento del poder de compra siguiendo el IPC reponderado.

Corrección

El IPC oficial subestima la suba de precios en los servicios porque estos ponderan relativamente menos que en la actualidad en la canasta de consumo que sirve de base, esa canasta fue elaborada en 2004/5, es decir veinte años atrás. El Indec ya actualizó esta canasta pero no se decide a aplicarla al cálculo del IPC porque ocasionará un salto inflacionario, de hecho esta discusión ocasionó el despido de la Analía Calero a cargo de la Dirección de Precios del organismo.

Por su parte, desde el CIFRA aclararon: “En este informe se buscó modificar el IPC de modo que refleje patrones de consumo más actuales, como son los de la última Encuesta del Gasto de los Hogares (ENGHo), de 2017/18. Ello solo pudo hacerse de modo limitado. Se tomaron las variaciones de precios de cada una de las 12 divisiones en las que se clasifica el IPC y se las ponderó según el peso que les corresponde en la ENGHo 2017/18 en lugar de la de 2004/05. Esta adecuación no es completa, dado que los ponderadores refieren a un nivel muy agregado (por ejemplo, Alimentos y bebidas no alcohólicas o Vivienda agua, electricidad, gas y otros combustibles) pero no se altera la composición de la canasta de consumo en su interior, tarea que por su magnitud y por la información necesaria sólo podría ser llevada adelante por el Indec”.

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