The Players: McIlroy se relajó y habrá desempate con J.J. Spaun

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Hay pocos finales en el mundo del golf como los hoyos 16, 17 y 18 del TPC de Sawgrass. El esplendoroso escenario del Players Championship, considerado la casa del PGA Tour, regalará un día más de acción. No fueron suficientes 72 hoyos para determinar un ganador y así el norirlandés Rory McIlroy y el norteamericano J.J. Spaun, igualados en 276 golpes (-12) deberán volver el lunes a las 10 de la mañana a definir el certamen en un desempate a disputarse en los tres hoyos finales.

McIlroy deberá hacer borrón y cuenta nueva luego de dejar pasar una inmejorable chance de sumar su segundo título del Players. Empezó la última vuelta a cuatro golpes de Spaun, único puntero. Arrancó encendido, se metió rápidamente en la pelea y en un momento llegó a sacar tres golpes de ventaja a sus perseguidores. Pero volvió a fallarle ese instinto asesino para sentenciar la historia, Spaun se recuperó y hasta tuvo un putt para ganar en el 18.

La falta de luz obligó a aplazar el desempate al lunes. Será al mejor de tres hoyos, los últimos tres del trazado ideado por Pete Dye. De persistir el empate, volverán al 16 para jugar tres más, así hasta que haya un ganador.

Campeón aquí en 2019 y de 27 títulos en el PGA Tour, incluido uno este año en el AT&T Pebble Beach Pro-Am, McIlroy está acostumbrado a este tipo de definiciones. Su rival, en cambio, ostenta una sola corona en el circuito mayor, el Valero Texas Open de 2022. A los 34 años atraviesa su cuarta participación en el trazado de Ponte Vedra Beach, al noroeste del estado de la Florida, un 64º puesto el año pasado era su mejor ubicación.

“Es la mayor presión que enfrenté en mi vida”, aceptó Spaun. “Me demostré que no tengo que achicarme en esos momentos. Creo que en el pasado me pasó un poco eso, me sentí intimidado por el contexto, tuve miedo de fallar. Es muy difícil ganar, y estas son las situaciones que debes atravesar para hacerlo.”

El hoyo 16 es el más fácil de los tres: un par-5 de 521 yardas al que se le puede llegar al green en dos golpes; es clave jugar el segundo tiro desde una buena posición en el fairway. El 17 es nada menos que el mítico green-isla, un desafío técnico y mental; la intimidante agua que rodea el green convierte a las cortas 130 yardas en un detalle secundario. El agua también es protagonista en el 18, ya que acompaña todo el recorrido, del tee al green, por la izquierda; irse al rough de la derecha puede ser letal.

“Es importante acertar el fairway en el 16 y tener un buen inicio. Hay que hacer cinco buenos swings, eso es todo”, pronosticó Rory. “Quisiera creer que puedo confiar en mi mayor experiencia y que eso me dé una pequeña ventaja sobre JJ, pero al mismo tiempo va a depender de la ejecución y, repito, hacer cinco buenos swings”.

Ante el pronóstico de tormenta, la organización adelantó todas las salidas para la mañana, en threesomes en lugar de duplas. Dos hoyos tardó Rory en prenderse en la lucha por el título. La distancia de cuatro golpes con que inició la última vuelta se redujo a uno luego de empezar el día birdie-águila. Mientras Cauley, Glover, Smalley y Conners, los otros contendientes, se alejaban de la cima, J.J. Spaun luchaba por mantenerse arriba y Akshay Bhatia se sumaba a la contienda. Cuando la tormenta eléctrica obligó a poner una pausa, McIlroy lideraba por uno sobre Spaun con siete hoyos por delante. Birdie contra bogey en la reanudación, cuatro horas más tarde, estiró la diferencia a tres.

Lo más fácil era pensar que la historia estaba sentenciada, aun después de lo que pasó en el US Open del año pasado en Pinehurst, cuando se desabarrancó y le cedió el título a Bryson DeChambeau. Esta vez no había grandes nombres acechándolo y el viento convertía al TPC de Sawgrass en una dura prueba de carácter.

Las cosas se pusieron interesantes en el hoyo 14. McIlroy pegó un mal drive que se fue más allá de los árboles de la derecha y lo obligaron a jugar el segundo tiro a buena. No pudo salvar el par. Desde el grupo de atrás de él, JJ Spaun hizo birdie en ese mismo hoyo y volvió a ponerse a uno.

El par-5 del 16 era clave. Los dos ejecutaron el tercer tiro casi desde el mismo lugar, a la izquierda del green. McIlroy no pudo hacer approach y putt, JJ Spaun sí. Con dos hoyos por jugar todo estaba igualado. Rory pegó bien pero no pudo bajar 17 y 18. JJ Spaun tuvo su chance en el hoyo final desde 9 metros, pero el putt se quedó unos centímetros cortos. No había más luz.

McIlroy lo dejó escapar. Spaun lo alcanzó en una gran arremetida. Habrá una noche para resetear y empezar de cero. Todo se definirá en tres de los hoyos más emblemáticos en el mundo del golf.

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